ZARAUTZ
La localidad de Zarautz está situada entre el mar y la montaña, por lo que no es necesario alejarnos mucho de la costa para adentrarnos en la montaña arbolada y en las zonas rurales de caseríos y ermitas.
Existe una amplia variedad de itinerarios que le permitirán conocer y disfrutar de la espectacular villa de Zarautz y de sus alrededores.
Desde hace algunos años, la afición hacia la escultura ha ido creciendo y consolidándose en Zarautz. Los rincones y calles de Zarautz están ocupadas por distintas esculturas, procedentes de compras y concursos internacionales celebrados en la villa. Zarautz se ha convertido en centro y referencia para los artistas que sienten inquietud y vocación hacia la escultura.
Esta ruta escultórica nos permite conocer las esculturas más importantes de Zarautz, dando un agradable paseo por sus calles y plazas.
Zarautz se fundó en 1237 como villa y los resultados de recientes investigaciones arqueológicas muestran que el asentamiento originario de Zarautz puede remontarse hasta el siglo IX d.C.. Estos 1200 años de historia del asentamiento han supuesto que Zarautz cuente con un Conjunto Monumental digno de ser visitado.
Mediante la Ruta Conjunto Monumental se invita al disfrute de un agradable paseo por la historia de Zarautz a través de sus monumentos.
MOVILIDAD LABORAL
En Cataluña, Baleares, Aragón, Madrid y La Rioja más del 80% de los titulados están trabajando. Las que tienen peores tasa de empleo son Canarias, Andalucía, Extremadura y Castilla – La Mancha. Los que más han emigrado al extranjero a trabajar son los que estudiaron en Madrid y Navarra.
CONDICIONES LABORALES
Solo 43% tienen un contrato de trabajo permanente cuatro años después de salir de la universidad, según los datos del INE. La precariedad del mercado laboral favorece que sigan como becarios el 12% de los que titularon en 2010.
LAS GAFAS QUE TE LLEVAN DE COMPRAS POR NUEVA YORK
El foro RETINA dedica un espacio a la realidad virtual, la conducción autónoma y las impresoras 3D
Entras en una tienda digitalizada, te pones unas gafas y ya no estás en tu barrio, ni en tu ciudad, ni siquiera en el mismo país. A través de la ventana se perfila la Estatua de la Libertad o la Torre Eiffel. Con un solo toque las laderas de Sao Paulo se extienden ante tus pies. Y a un lado, aparecen las colecciones de ropa made in Brasil, Francia o Estados Unidos. En cada escenario, un vestido en tamaño real se despliega ante tus ojos. Otro suave toque y cambia de color, de estilo o de prenda. No hay límites para esta compra virtual. Esa es la idea que ha hecho posible el trabajo de On The Spot de Telefónica que ha presentado un prototipo de su tienda digital en RETINA, el foro tecnológico y de transformación digital iberoamericano. Este espacio con tintes de ciencia ficción se convertirá en nuestro futuro. Así de convencido se ha mostrado Carlos Marina, CEO de On The Spot: "Ya lo hemos cambiado todo. No viajamos como nuestros padres, no nos relacionamos como nuestros abuelos. Entonces, ¿por qué seguimos comprando como nuestros bisabuelos? Es hora de transformar esto también".
De esta esencia de cambio también respiraba el coche más inteligente del mundo. Totalmente conectado, es el paso previo a un vehículo de conducción autónoma y ya es una realidad. Con él ya no existen los huecos pequeños para aparcar. "El conductor puede salirse del coche y con solo marcar los comandos en su smartphone dirige tranquilamente cómo el vehículo entra y sale del espacio él solito", explica Enrique Ruiz-Giménez, portavoz de Mercedes-Benz, la empresa que lo ha diseñado. En un atasco —y siempre que la velocidad sea menor a 50 kilómetros por hora—, se puede soltar el volante. Este coche con varias cámaras, radares y sensores identifica las líneas de la carretera, por lo que gira y se mantiene, solo hay que pedírselo. Su primer recorrido fue un homenaje a los 104 kilómetros que recorrió Bertha Benz en 1888 cuando le cogió a su marido, el inventor Karl Benz, el que sería el primer coche de la historia, un triciclo autónomo con motor de combustión. El mismo trayecto que casi 130 años más tarde haría este Mercedes Clase E en su primera prueba sin nadie al volante.
Luchar contra una casa 'hackeada'
Se entra en un salón de una casa aparentemente normal. Ordenadores, televisión, varias lámparas, routers y juguetes. De repente, las lamparas parpadean, el wi-fi no funciona, el ordenador está lanzando los correos electrónicos a la red y la cámara que estaba en un oso de peluche para vigilar está mostrando a todo el mundo y en directo lo que ocurre en la casa. Este escenario de "pánico" es lo que se ha presentado en RETINA para intentar concienciar sobre la importancia de la ciberseguridad. "No nos ha costado ni dos minutos hackear los dispositivos que estamos mostrando, como este enchufe", explica Pablo Tejeria, director general de Sophos. Se refiere a un enchufe que existe en el mercado (por 50 euros, en Amazon) y que permite conectar un objeto cualquiera a Internet, desde una lámpara de Ikea a un ventilador. "Nuestro objetivo es que la gente tenga en cuenta que la tecnología nos abre posibilidades, pero también tiene sus riesgos".
En la misma planta de este foro —patrocinado por Santander, Telefónica e Iberdrola— hay otros proyectos novedosos. La educación es uno de los principales ámbitos a los que la tecnología tiene en el punto de mira. Mientras la tecnología va poco a poco convirtiendo los colegios en Smart Schools (escuelas inteligentes), aparecen productos como el ordenador todo en uno Sprout, que potencia la creatividad, la colaboración y la originalidad. El diseño de este ordenador permite que haya varias personas operando en él a la vez y que se trabaje al mismo tiempo pero en distintos lugares. Con dos pantallas táctiles, esta computadora permite escanear en 2D y en 3D objetos para añadirlos a creaciones, trabajos o imprimirlos en 3D.
En este último punto está apostando BQ con una nueva gama de impresoras 3D domésticas también enfocadas en la educación. La compañía lo explica así: "Creemos que esta es la clave para la normalización de esta tecnología: los niños descubrirán su potencial en el colegio y, de adultos, llevarán esa tecnología a sus casas".
Entras en una tienda digitalizada, te pones unas gafas y ya no estás en tu barrio, ni en tu ciudad, ni siquiera en el mismo país. A través de la ventana se perfila la Estatua de la Libertad o la Torre Eiffel. Con un solo toque las laderas de Sao Paulo se extienden ante tus pies. Y a un lado, aparecen las colecciones de ropa made in Brasil, Francia o Estados Unidos. En cada escenario, un vestido en tamaño real se despliega ante tus ojos. Otro suave toque y cambia de color, de estilo o de prenda. No hay límites para esta compra virtual. Esa es la idea que ha hecho posible el trabajo de On The Spot de Telefónica que ha presentado un prototipo de su tienda digital en RETINA, el foro tecnológico y de transformación digital iberoamericano. Este espacio con tintes de ciencia ficción se convertirá en nuestro futuro. Así de convencido se ha mostrado Carlos Marina, CEO de On The Spot: "Ya lo hemos cambiado todo. No viajamos como nuestros padres, no nos relacionamos como nuestros abuelos. Entonces, ¿por qué seguimos comprando como nuestros bisabuelos? Es hora de transformar esto también".
De esta esencia de cambio también respiraba el coche más inteligente del mundo. Totalmente conectado, es el paso previo a un vehículo de conducción autónoma y ya es una realidad. Con él ya no existen los huecos pequeños para aparcar. "El conductor puede salirse del coche y con solo marcar los comandos en su smartphone dirige tranquilamente cómo el vehículo entra y sale del espacio él solito", explica Enrique Ruiz-Giménez, portavoz de Mercedes-Benz, la empresa que lo ha diseñado. En un atasco —y siempre que la velocidad sea menor a 50 kilómetros por hora—, se puede soltar el volante. Este coche con varias cámaras, radares y sensores identifica las líneas de la carretera, por lo que gira y se mantiene, solo hay que pedírselo. Su primer recorrido fue un homenaje a los 104 kilómetros que recorrió Bertha Benz en 1888 cuando le cogió a su marido, el inventor Karl Benz, el que sería el primer coche de la historia, un triciclo autónomo con motor de combustión. El mismo trayecto que casi 130 años más tarde haría este Mercedes Clase E en su primera prueba sin nadie al volante.
Luchar contra una casa 'hackeada'
Se entra en un salón de una casa aparentemente normal. Ordenadores, televisión, varias lámparas, routers y juguetes. De repente, las lamparas parpadean, el wi-fi no funciona, el ordenador está lanzando los correos electrónicos a la red y la cámara que estaba en un oso de peluche para vigilar está mostrando a todo el mundo y en directo lo que ocurre en la casa. Este escenario de "pánico" es lo que se ha presentado en RETINA para intentar concienciar sobre la importancia de la ciberseguridad. "No nos ha costado ni dos minutos hackear los dispositivos que estamos mostrando, como este enchufe", explica Pablo Tejeria, director general de Sophos. Se refiere a un enchufe que existe en el mercado (por 50 euros, en Amazon) y que permite conectar un objeto cualquiera a Internet, desde una lámpara de Ikea a un ventilador. "Nuestro objetivo es que la gente tenga en cuenta que la tecnología nos abre posibilidades, pero también tiene sus riesgos".
En la misma planta de este foro —patrocinado por Santander, Telefónica e Iberdrola— hay otros proyectos novedosos. La educación es uno de los principales ámbitos a los que la tecnología tiene en el punto de mira. Mientras la tecnología va poco a poco convirtiendo los colegios en Smart Schools (escuelas inteligentes), aparecen productos como el ordenador todo en uno Sprout, que potencia la creatividad, la colaboración y la originalidad. El diseño de este ordenador permite que haya varias personas operando en él a la vez y que se trabaje al mismo tiempo pero en distintos lugares. Con dos pantallas táctiles, esta computadora permite escanear en 2D y en 3D objetos para añadirlos a creaciones, trabajos o imprimirlos en 3D.
En este último punto está apostando BQ con una nueva gama de impresoras 3D domésticas también enfocadas en la educación. La compañía lo explica así: "Creemos que esta es la clave para la normalización de esta tecnología: los niños descubrirán su potencial en el colegio y, de adultos, llevarán esa tecnología a sus casas".
LOS ÚLTIMOS DEL ESPAÑOL
La muerte de los últimos hispanohablantes nativos en Filipinas encuentra consuelo en el interés de los jóvenes: aprendiendo el idioma mejoran sus condiciones de trabajo
Cuando termine este párrafo una de las últimas hablantes nativas de español de Filipinas habrá muerto. Hasta entonces, con una sonrisa plena, las manos octogenarias de Betty Umali desempolvan con emoción el cuero rojo que cubre un mecanuscrito de 1968 y acarician con parsimonia sus páginas. "Mi papá era chino cuarterón y escribió esta autobiografía en un español elegante". Betty, antigua profesora, paladea cada palabra que pronuncia. No recuerda los años que llevaba sin escuchar el castellano de otro hablante nativo. "Siempre he estado muy dedicada a la propagación de la hermosa lengua de Cervantes". Filipinas desafectó el idioma como lengua oficial en su Constitución de 1986. Dejaron de impartirse las 12 unidades de español, para entonces ya exiguas, en colegios e institutos. Miles de profesores perdieron sus trabajos. El último contacto que tuvo Betty con el castellano fue un mensaje con el que pedía ayuda a Madrid para las víctimas del tifón Yolanda en 2013. Ahora, quiere que se le lea a viva voz la dedicatoria que su padre, Luis General, estampó en la primera página de sus memorias: "Para mi hija, con el cariño paternal de siempre". Con él, aunque solo en sueños, confiesa seguir hablando en español. "Ojalá siga la instrucción de la maravillosa lengua castellana", brinda. Son y fueron sus últimas palabras. Sufrió un ictus tras la entrevista y falleció a las pocas horas.
La casa de Betty era la única en todo el barrio de San Andres Bukid (antaño La Granja de San Andrés) donde aún vivía una persona hispanohablante, aunque las placas oxidadas de las calles rememoran los nombres de militares españoles de la Guerra Civil. Los taxistas parecen renuentes a adentrarse en la zona, salvo uno, de nombre Mateo Buenbiaje (así aparece escrito en su identificación), que no sabe el significado de su apellido. "Algo en español, me parece", masculla en inglés.
El calor y la humedad obligan a subir la ventanilla del taxi; dan un olor a hierba cocida a toda Manila. Sus callejones desembocan en enormes autovías donde se estrangula el tráfico. No se atisba ningún centro. En cuanto la carretera asciende, se ven a lo lejos rascacielos desperdigados. Los urbanistas de la megalópolis de 11,5 millones de habitantes habrían sido unos pésimos jugadores de Tetris: dejaron caer acá y allá bloques de oficinas gigantes, iluminados con estridencia. Como un decorado de Blade Runner, a sus pies se acumulan los puestos de comida y, sobre sus fachadas, se extienden neones y enormes carteles publicitarios. En inglés uno de ellos anuncia: "solo Jesús salva", y, cerca, se exhibe una Virgen de Guadalupe junto a otro ídolo adorado de Filipinas, el campeón mundial de boxeo Manny Pacquiao. Bajo los luminosos que alertan en tagalo de un riesgo de terremoto, la gente se libra de los atropellos en aceras estrechas, cuando las hay, sin una sola farola. Tocan el claxon jeepneys coloristas que recuerdan a los peseros de Ciudad de México, el país hispanohablante con el que, gracias al galeón que unía Acapulco con Manila, Filipinas y su español guardan más similitud. Mateo Buenbiaje escucha en la radio a un locutor acelerado: parlotea en un híbrido de tagalo e inglés que mantiene rescoldos del castellano, el taglish. Es incomprensible al extranjero, pero bastan cinco minutos escuchándolo para cazar un "las doce menos cuarto", un "pero" para unir frases, la palabra "trabaho" y, pronunciado con un silabeo perfecto, "una, dos y tres", que precipita el arranque de una canción.
"El español nunca se habló del todo aquí, pero tampoco se perderá del todo nunca", redondea en una frase el historiador Carlos Madrid, director del Instituto Cervantes de Manila. Toma un café en el mismo hotel que acogió al poeta Jaime Gil de Biedma en su primera estancia en la ciudad, el Luneta. Por albergar la Cruz Roja, el edificio sobrevivió al asedio de japoneses y americanos durante la segunda guerra mundial. La Batalla de Manila se cobró 100.000 vidas y la belleza de la arquitectura colonial de una capital que, tras Varsovia, resultó la más dañada en el conflicto. Su corazón, Intramuros, quedó arrasado. Y ese era el barrio con más presencia española. Tras sus murallas, raro es que se mantengan en pie, el idioma se había atrincherado durante años contra los envites de los maestros enviados por Estados Unidos, los thomasites o tomasitos, que inculcaban en las escuelas la lengua inglesa.
La destrucción de Intramuros y la dispersión de sus antiguos habitantes propinaron un golpe mortal a un idioma que ya estaba extinguiéndose. Se perdieron sus vínculos vecinales, se disolvió la comunidad de unos hablantes forzados a adoptar el tagalo o el inglés para comunicarse con sus nuevos convecinos. Se calcula que en todo el país ya solo lo mantienen vivo unas 6.000 personas, la mitad españolas y la mitad filipinas, aunque otras cuentas mejoran las cifras. Al respecto, el filólogo filipinista Isaac Donoso advierte de que no hay datos estadísticos oficiales. La última valoración fiable data de 2008: dos millones de filipinos tenían alguna competencia en español como segunda o tercera lengua y 1.200.000 eran chabacanohablantes. "Se puede decir que ese tradicional censo se está incrementando notablemente, no tanto por los hablantes de primera lengua, sino por los filipinos que aprenden español para su uso profesional", abunda el experto.
El español, 'latín' de Filipinas
Cierto es que, aunque estuvo bajo dominio hispano durante tres siglos, el castellano nunca llegó a calar en Filipinas tanto como en los países hispanoamericanos. "El Estado español no tenía capacidad de enviar funcionarios a todas partes, pero quienes sí contaban con personas en cada pueblo eran las órdenes religiosas", explica Carlos Madrid. "Durante la colonia, hubo ocasiones en que España promovió aquí la enseñanza del idioma. Sin embargo, las órdenes la limitaban porque así se convertían en la bisagra entre el Estado y el pueblo. Hicieron una labor extraordinaria, pero, desde el púlpito y hablando las lenguas locales, podían darle la vuelta al país como quisieran". Uno de los focos de su poder, la iglesia de San Agustín, la más antigua aún en pie en Filipinas, se yergue como rara superviviente en Intramuros. Alberga los nichos de decenas de víctimas hispanohablantes del cerco militar. Junto a ella, un pequeño poblado de callejas pintorescas para disfrute de los turistas remeda, por capricho de Imelda Marcos, la apariencia del barrio antes de su desaparición. El guía que lo muestra se enjuga el sudor del cuello con una toalla, un pequeño paño que los filipinos llevan entre la nuca y la camisa para, curiosos y coquetos, disimular los estragos del calor: "El español es el latín de Filipinas: no lo habla ya nadie, pero está detrás de todo lo que decimos".
El idioma permea el habla cotidiana: los nombres de los muebles y utensilios comunes, los días de la semana, en gran medida los números y casi siempre las horas siguen diciéndose en español. Kapre (de cafre; en varias lenguas de filipinas el sonido f no existe) es un diablillo que hace trastadas en las casas. Prestar atención es asikaso (de hacer caso) en tagalo y para preguntar "¿cómo está (usted)?" se dice kumustá? Se escuchará también palto de rasón entre los hablantes de bicolano. La toponimia y los apellidos están invadidos de español, a veces con desatino: Loco y Cagadas figuran entre ellos. Mecate, zacate, petate, palenque son, a la vez, mexicanismos y filipinismos. En Manila se oye aún anteojos para referirse a las gafas. En las provincias, sobrevive un término si cabe más arcaico: quevedos.
Un tercio del vocabulario del tagalo se debe al español. También invade el léxico del cebuano, otro gran idioma autóctono de Filipinas. Aunque se haya perdido conciencia del vínculo histórico y cultural con el idioma (que ningún hispanohablante se extrañe de que, al dar su nombre en un hotel, se celebre con sorpresa que tenga un apellido filipino), los filipinos no han dejado de hacer juegos de palabras, de los que son muy amigos, que echan mano del español. A lo que en España se llamarían políticos de la casta aquí se les denomina con desprecio trapos, acrónimo de traditional politicians. A expensas de Corazón Cojuañgco Aquino, la primera presidenta democrática tras la dictadura de Marcos, surgió un calambur más elaborado. Aprovechando que la c de su segundo nombre se pronuncia 'si' en inglés, se acuñó la broma "corazón sí, aquí no". Al decir aquí el hablante se señala la cabeza.
En el barrio de Ermita, donde una vez se habló una mezcolanza de español y lenguas locales, el chabacano, uno de los salones del Casino Español todavía luce un escudo en rafia del Sáhara Español. Los camareros sirven paella y cocido pero, con alguna vaga excepción entre los más mayores, ninguno habla castellano. De una ventana, medio tapada por viejos muebles de los años cincuenta, se escucha de golpe un ¡aire! que anima a salir fuera a buscar más restos de español. Es la exclamación de uno de los jugadores de pelota vasca que juega un partido en la cancha anexa. Cesta, mimbre, costillas, guantes, lengua, cinta, rebote, pronto, derecha, cuero, cuadra, mando, solo, ¡aire! Paulo López, veterano pelotari filipino, se deleita en describir las palabras, para él extranjeras, que ciñen el vocabulario de su deporte. El jai alai subsiste en uno de los viejos epicentros del español en Manila. A pocos pasos se encontraba la Compañía de Tabacos de Filipinas, en su tiempo la mayor empresa del país, con resabio colonial español, y la que hasta hace solo unos meses ha sido sede del Instituto Cervantes.
Un mexicano suavizado
"Imagínate a un mexicano que hubiera vivido en España veinte años", ilustra en su despacho del instituto Carlos Madrid para adelantarse al habla de Mara Pardo de Tavera (Nueva York, 1954), una de las hispanohablantes nativas más jóvenes de Filipinas. Cierto: en el español de Mara resuenan el acento y el léxico de México, incluso una cadencia al final de cada frase que debe mucho al tono propio de los chilangos. Este es el español de Filipinas.
Experta en antigüedades, Mara ha heredado el interés por la cultura de una de las sagas más importantes de Filipinas, ilustrados nacionalistas que, aun defendiendo a capa y espada la independencia del país, abogaron con el mismo tesón por el español como parte de la identidad del archipiélago. Incluso en los difíciles sesenta y setenta, años de furor indigenista por el tagalo.
"De niña, mi mamá y mi abuela usaban el español, pero lo llamaban bable y lo usaban como lengua privada para que el resto de las personas no las entendieran cuando ellas no querían", comenta entre carcajadas Mara. "Yo lo aprendí bien en la escuela y en el instituto, pero recuerdo que no me gustaba: era el idioma de la disciplina, de los viejos, te obligaban a aprenderlo todo de memoria y te penalizaban mucho por equivocarte. Luego, de mayor, descubrí que era un idioma genial; ese adjetivo es mi palabra favorita del español. Recuerdo llegar con orgullo a mi madre y decirle: '¡Ya hablo bable!'".
Durante la colonia, los gobernadores liberales prometían enseñar por doquier el español, de tan minoritario y selecto que era, para enfado de la sociedad frailona y cerrada que se oponía. Los independentistas más cultos defendieron la enseñanza del español, y las dos primeras constituciones y la primera letra del himno nacional del nuevo país se escribieron en castellano. Dominarlo era signo de distinción social en Filipinas, pero eso jugó en su contra. Se consideraba advenedizo a quien hacía por hablarlo sin tenerlo como lengua materna. "La gentuza no habla español", le espetó una vez un familiar a Ricky Avanceño (Manila, 1959), escritor y nieto del presidente Manuel Quezon, el padre de la república de Filipinas e hispanohablante. Tan imbuido estaba del idioma, que en sus mítines tenía que acudir a su mujer para que le apuntase la traducción al tagalo de palabras españolas.
En la calle se afeaba cualquier error, se acomplejaba a muchos que se afanaban en hablarlo. Carlos Madrid descubrió casualmente, tras un tiempo de tratarlo en inglés, que el cineasta filipino Eddie Romero, productor asociado de Apocalipse Now, se dirigía en español a su mujer, pero seguía sin querer usarlo fuera de ese entorno íntimo: "'No, lo hablo muy mal', me dijo. Casi todo el mundo en Filipinas se excusa de emplearlo diciendo que lo habla fatal", apunta el historiador.
Los profesores venidos de España reprimían a sus alumnos el seseo, rasgo propio de los hablantes locales, por considerarlo impropio. "Es que... ¡que nos obligaran a hablar con la zeta hacía el español más difícil, más artificial! ¡Teníamos que recitar con las zetas El último adiós, el gran poema de José Rizal!", se lamenta Ricky. El idioma cargó con el sambenito de aburrido y, con tacticismo, se lo tildó de desfasado frente al flamante inglés, la nueva lengua franca del país. A la extinción en los ochenta de los últimos diarios en español, para entonces unas hojas volantes editadas con más esfuerzo que calidad (si bien hasta la segunda guerra mundial habían sido los más leídos en Filipinas), se sumó más tarde la interrupción de las emisiones de TVE, que ya ha vuelto a emitir. La censuró el Gobierno filipino: "La quitaron y la volvieron a poner dos veces, hasta que a la tercera desapareció del todo. Ponían películas para mayores en horario infantil: lo que en España es para mayores de 13 aquí es para mayores de 17", describe divertido Ricky Avanceño. Sus familiares más jóvenes ya no hablan español. Dos de los hijos de Mara Pardo de Tavera, a instancias de su madre, sí están aprendiendo el idioma.
En la pequeña comunidad hispanohablante ("cada vez nos vemos menos", reconoce Mara) muchos hilos entretejen unas historias familiares con otras. Un retrato de su abuelo, el polímata Trinidad Pardo de Tavera, ilustra la portada de La oveja de Nathan, quizá la gran novela en español tras la independencia de Filipinas. Escrita por Antonio Abad (1894-1970) y publicada en los años veinte, cuenta como epopeya tres siglos de la historia del país. "Es nuestra Guerra y paz", defiende Georgina Padilla, hispanofilipina que ha sufragado de su bolsillo con una aportación del Cervantes su reedición. La nueva versión enfrenta, página a página, el texto en español con la traducción al inglés para que pueda ser leída por un público amplio. La novela forma parte de una rica producción literaria que el Instituto Cervantes está recuperando: ya son cuatro las obras rescatadas del olvido. Su responsable cultural en Manila, José María Fons, alerta: "Este es el único país donde se ha perdido el español, pero donde queda una literatura que ya casi nadie puede leer".
En los años veinte, mientras España disfruta del esplendor de la Edad de Plata, en Filipinas se produce una tragedia cultural: la de los autores que escriben su obra en una lengua que sus hijos no dominan o directamente desconocen. Valga como ejemplo el del hijo de Antonio Abad, Gémino, que heredó el oficio de su padre, pero lo ejerció en inglés. Para mitigar el daño, la familia de Georgina Padilla, los Zóbel, creó y mantuvo durante ochenta años un galardón que premiaba el español filipino o el apoyo a los vínculos culturales entre los países hispanohablantes. Su ceremonia de entrega anual reunía al todo Manila. Dejó de suscitar el interés de los diarios españoles, se lamenta Georgina, y su concesión se interrumpió en 2002.
Uno de los receptores del Zóbel, quizá el último escritor filipino en español, mantiene su producción a duras penas, autoeditándose. Hace unos meses ha publicado su última novela, Quis ut Deus, que recrea la figura del Quijote en Filipinas. El habla de Guillermo Gómez Rivera (Iloílo, 1936), un furibundo defensor de la vuelta del español en redes sociales, está nutrida de giros espontáneos y recuerdos candorosos de los estrenos de las películas filipinas que se rodaban, escena a escena, dos veces: una en español y otra en tagalo. "Aquí se estrenaban zarzuelas y llegaban las películas de Cifesa y, luego, las joyas de la edad de oro del cine mexicano. Después, ya todo fue en inglés".
Gómez Rivera, también profesor de español en bachillerato, sufrió la reconversión forzada cuando se suspendió la oficialidad. Visitó en Madrid, ese mismo año, a Dámaso Alonso, penúltimo director entonces de la Real Academia Española, quien le preguntó por el sentido de mantener una academia filipina del español en un país donde la inmensa mayoría de la población ya no lo hablaba. "Le respondí: 'Don Dámaso, el español vive en Filipinas, primeramente en esa minoría que todavía lo habla, pero también en las lenguas filipinas, en los 5.000 términos españoles del tagalo o del bisaya, o en el chabacano, con un 95 por ciento de palabras castellanas".
Una academia que agoniza
La Academia Filipina de la Lengua Española nació en 1924 y se ha mantenido hasta hoy, pero agoniza. Carece de una infraestructura y de un personal propios. Tiene por sede un cuarto cedido, casi siempre cerrado a cal y canto, que comparte con el casino anexo el aire decadente. A cuento de este reportaje, cinco de una treintena de académicos (intelectuales, traductores y profesores) han hecho por verse en torno a un chocolate con churros. "Hace más de un año que no nos reunimos", reconoce Benito Legarda, economista e historiador hispanohablante.
"Me marché durante la guerra mundial de Manila. Antes de irme, a los miembros del parlamento filipino se les llamaba diputados. Cuando volví, congressmen. Este era ya otro país", rememora Legarda, que apunta vagamente algún intento en aquella época de reivindicar el español, "pero, ay, no muy activo". Mantiene el contacto con el idioma gracias a su "adicción a Internet" y a la búsqueda de libros de segunda mano en español. Sentada a su lado, otra académica, Daisy López, representa otra generación, más joven, de hispanohablantes. No tuvieron el castellano como lengua materna, pero lo han estudiado y lo cuidan en extremo. Esta profesora en la Universidad de Filipinas escribe y publica poesía en español. Ni ella ni el resto de asistentes sabe cuándo tendrá lugar la próxima reunión de la academia, ignoran que haya actividad alguna programada a la vista, pero, ya que están, se retan a proponer las mejores palabras del castellano. Sobre una mesa oscura se esgrimen chapuza, tinglao, chirimoya y tiquismiquis, pero también salacot y pantalán, dos filipinismos, y un tercero, en duda: palangana.
El archipiélago no es ajeno al auge del español en todo el mundo. Un renacer del interés por el idioma, desprovisto de toda nostalgia, compensa en parte tanta pérdida. En la universidad están notando un número creciente, casi vertiginoso, de matrículas para las clases de español, que se atestan de estudiantes. "Hay mucha más demanda que oferta", arguye el profesor de la Universidad de Filipinas Erwin Luna Bautista. Ayuda que muchos alumnos sean en realidad "falsos principiantes": "Saben más español de lo que ellos pensaban, y eso los anima mucho". El Cervantes ha tramitado 6.000 matrículas en el último curso.
En cambio, se lamenta Benito Legarda, subsiste "un enorme desconocimiento en Filipinas sobre nuestro pasado". Más de 11 millones de documentos históricos guardados en el Archivo Nacional del país están escritos en español. "Aunque también en España hay una gran ignorancia por la historia de Filipinas, porque América roba toda la atención".
Un motivo de peso viene a sumarse al de quienes quieren aprender el idioma por vínculo histórico y cultural: el telefonista que habla español dobla o triplica su sueldo en los innumerables call centers que han escogido Filipinas por el dominio del inglés y que atienden, paradojas del destino, a la potencia que arrambló con el castellano, Estados Unidos. Los visados para los enfermeros filipinos en ese país exigen acreditar inglés y castellano. Las instituciones españolas han establecido contactos con el Gobierno para que el español sea lengua obligatoria para los diplomáticos filipinos y la inclusión del chabacano, que solo en la sureña ciudad de Zamboanga hablan 800.000 personas, como una de las doce lenguas nacionales de instrucción en primaria alienta nuevas esperanzas para el castellano.
¿Puede hacerse algo desde España y la América hispana por los hablantes del español más remoto? Daisy López, ante las risas complacientes del resto de académicos de la lengua, afirma rotunda: "Que nos despierten, que nos den un poco de caña, que nos den unos cachetes".
Cuando termine este párrafo una de las últimas hablantes nativas de español de Filipinas habrá muerto. Hasta entonces, con una sonrisa plena, las manos octogenarias de Betty Umali desempolvan con emoción el cuero rojo que cubre un mecanuscrito de 1968 y acarician con parsimonia sus páginas. "Mi papá era chino cuarterón y escribió esta autobiografía en un español elegante". Betty, antigua profesora, paladea cada palabra que pronuncia. No recuerda los años que llevaba sin escuchar el castellano de otro hablante nativo. "Siempre he estado muy dedicada a la propagación de la hermosa lengua de Cervantes". Filipinas desafectó el idioma como lengua oficial en su Constitución de 1986. Dejaron de impartirse las 12 unidades de español, para entonces ya exiguas, en colegios e institutos. Miles de profesores perdieron sus trabajos. El último contacto que tuvo Betty con el castellano fue un mensaje con el que pedía ayuda a Madrid para las víctimas del tifón Yolanda en 2013. Ahora, quiere que se le lea a viva voz la dedicatoria que su padre, Luis General, estampó en la primera página de sus memorias: "Para mi hija, con el cariño paternal de siempre". Con él, aunque solo en sueños, confiesa seguir hablando en español. "Ojalá siga la instrucción de la maravillosa lengua castellana", brinda. Son y fueron sus últimas palabras. Sufrió un ictus tras la entrevista y falleció a las pocas horas.
La casa de Betty era la única en todo el barrio de San Andres Bukid (antaño La Granja de San Andrés) donde aún vivía una persona hispanohablante, aunque las placas oxidadas de las calles rememoran los nombres de militares españoles de la Guerra Civil. Los taxistas parecen renuentes a adentrarse en la zona, salvo uno, de nombre Mateo Buenbiaje (así aparece escrito en su identificación), que no sabe el significado de su apellido. "Algo en español, me parece", masculla en inglés.
El calor y la humedad obligan a subir la ventanilla del taxi; dan un olor a hierba cocida a toda Manila. Sus callejones desembocan en enormes autovías donde se estrangula el tráfico. No se atisba ningún centro. En cuanto la carretera asciende, se ven a lo lejos rascacielos desperdigados. Los urbanistas de la megalópolis de 11,5 millones de habitantes habrían sido unos pésimos jugadores de Tetris: dejaron caer acá y allá bloques de oficinas gigantes, iluminados con estridencia. Como un decorado de Blade Runner, a sus pies se acumulan los puestos de comida y, sobre sus fachadas, se extienden neones y enormes carteles publicitarios. En inglés uno de ellos anuncia: "solo Jesús salva", y, cerca, se exhibe una Virgen de Guadalupe junto a otro ídolo adorado de Filipinas, el campeón mundial de boxeo Manny Pacquiao. Bajo los luminosos que alertan en tagalo de un riesgo de terremoto, la gente se libra de los atropellos en aceras estrechas, cuando las hay, sin una sola farola. Tocan el claxon jeepneys coloristas que recuerdan a los peseros de Ciudad de México, el país hispanohablante con el que, gracias al galeón que unía Acapulco con Manila, Filipinas y su español guardan más similitud. Mateo Buenbiaje escucha en la radio a un locutor acelerado: parlotea en un híbrido de tagalo e inglés que mantiene rescoldos del castellano, el taglish. Es incomprensible al extranjero, pero bastan cinco minutos escuchándolo para cazar un "las doce menos cuarto", un "pero" para unir frases, la palabra "trabaho" y, pronunciado con un silabeo perfecto, "una, dos y tres", que precipita el arranque de una canción.
"El español nunca se habló del todo aquí, pero tampoco se perderá del todo nunca", redondea en una frase el historiador Carlos Madrid, director del Instituto Cervantes de Manila. Toma un café en el mismo hotel que acogió al poeta Jaime Gil de Biedma en su primera estancia en la ciudad, el Luneta. Por albergar la Cruz Roja, el edificio sobrevivió al asedio de japoneses y americanos durante la segunda guerra mundial. La Batalla de Manila se cobró 100.000 vidas y la belleza de la arquitectura colonial de una capital que, tras Varsovia, resultó la más dañada en el conflicto. Su corazón, Intramuros, quedó arrasado. Y ese era el barrio con más presencia española. Tras sus murallas, raro es que se mantengan en pie, el idioma se había atrincherado durante años contra los envites de los maestros enviados por Estados Unidos, los thomasites o tomasitos, que inculcaban en las escuelas la lengua inglesa.
La destrucción de Intramuros y la dispersión de sus antiguos habitantes propinaron un golpe mortal a un idioma que ya estaba extinguiéndose. Se perdieron sus vínculos vecinales, se disolvió la comunidad de unos hablantes forzados a adoptar el tagalo o el inglés para comunicarse con sus nuevos convecinos. Se calcula que en todo el país ya solo lo mantienen vivo unas 6.000 personas, la mitad españolas y la mitad filipinas, aunque otras cuentas mejoran las cifras. Al respecto, el filólogo filipinista Isaac Donoso advierte de que no hay datos estadísticos oficiales. La última valoración fiable data de 2008: dos millones de filipinos tenían alguna competencia en español como segunda o tercera lengua y 1.200.000 eran chabacanohablantes. "Se puede decir que ese tradicional censo se está incrementando notablemente, no tanto por los hablantes de primera lengua, sino por los filipinos que aprenden español para su uso profesional", abunda el experto.
El español, 'latín' de Filipinas
Cierto es que, aunque estuvo bajo dominio hispano durante tres siglos, el castellano nunca llegó a calar en Filipinas tanto como en los países hispanoamericanos. "El Estado español no tenía capacidad de enviar funcionarios a todas partes, pero quienes sí contaban con personas en cada pueblo eran las órdenes religiosas", explica Carlos Madrid. "Durante la colonia, hubo ocasiones en que España promovió aquí la enseñanza del idioma. Sin embargo, las órdenes la limitaban porque así se convertían en la bisagra entre el Estado y el pueblo. Hicieron una labor extraordinaria, pero, desde el púlpito y hablando las lenguas locales, podían darle la vuelta al país como quisieran". Uno de los focos de su poder, la iglesia de San Agustín, la más antigua aún en pie en Filipinas, se yergue como rara superviviente en Intramuros. Alberga los nichos de decenas de víctimas hispanohablantes del cerco militar. Junto a ella, un pequeño poblado de callejas pintorescas para disfrute de los turistas remeda, por capricho de Imelda Marcos, la apariencia del barrio antes de su desaparición. El guía que lo muestra se enjuga el sudor del cuello con una toalla, un pequeño paño que los filipinos llevan entre la nuca y la camisa para, curiosos y coquetos, disimular los estragos del calor: "El español es el latín de Filipinas: no lo habla ya nadie, pero está detrás de todo lo que decimos".
El idioma permea el habla cotidiana: los nombres de los muebles y utensilios comunes, los días de la semana, en gran medida los números y casi siempre las horas siguen diciéndose en español. Kapre (de cafre; en varias lenguas de filipinas el sonido f no existe) es un diablillo que hace trastadas en las casas. Prestar atención es asikaso (de hacer caso) en tagalo y para preguntar "¿cómo está (usted)?" se dice kumustá? Se escuchará también palto de rasón entre los hablantes de bicolano. La toponimia y los apellidos están invadidos de español, a veces con desatino: Loco y Cagadas figuran entre ellos. Mecate, zacate, petate, palenque son, a la vez, mexicanismos y filipinismos. En Manila se oye aún anteojos para referirse a las gafas. En las provincias, sobrevive un término si cabe más arcaico: quevedos.
Un tercio del vocabulario del tagalo se debe al español. También invade el léxico del cebuano, otro gran idioma autóctono de Filipinas. Aunque se haya perdido conciencia del vínculo histórico y cultural con el idioma (que ningún hispanohablante se extrañe de que, al dar su nombre en un hotel, se celebre con sorpresa que tenga un apellido filipino), los filipinos no han dejado de hacer juegos de palabras, de los que son muy amigos, que echan mano del español. A lo que en España se llamarían políticos de la casta aquí se les denomina con desprecio trapos, acrónimo de traditional politicians. A expensas de Corazón Cojuañgco Aquino, la primera presidenta democrática tras la dictadura de Marcos, surgió un calambur más elaborado. Aprovechando que la c de su segundo nombre se pronuncia 'si' en inglés, se acuñó la broma "corazón sí, aquí no". Al decir aquí el hablante se señala la cabeza.
En el barrio de Ermita, donde una vez se habló una mezcolanza de español y lenguas locales, el chabacano, uno de los salones del Casino Español todavía luce un escudo en rafia del Sáhara Español. Los camareros sirven paella y cocido pero, con alguna vaga excepción entre los más mayores, ninguno habla castellano. De una ventana, medio tapada por viejos muebles de los años cincuenta, se escucha de golpe un ¡aire! que anima a salir fuera a buscar más restos de español. Es la exclamación de uno de los jugadores de pelota vasca que juega un partido en la cancha anexa. Cesta, mimbre, costillas, guantes, lengua, cinta, rebote, pronto, derecha, cuero, cuadra, mando, solo, ¡aire! Paulo López, veterano pelotari filipino, se deleita en describir las palabras, para él extranjeras, que ciñen el vocabulario de su deporte. El jai alai subsiste en uno de los viejos epicentros del español en Manila. A pocos pasos se encontraba la Compañía de Tabacos de Filipinas, en su tiempo la mayor empresa del país, con resabio colonial español, y la que hasta hace solo unos meses ha sido sede del Instituto Cervantes.
Un mexicano suavizado
"Imagínate a un mexicano que hubiera vivido en España veinte años", ilustra en su despacho del instituto Carlos Madrid para adelantarse al habla de Mara Pardo de Tavera (Nueva York, 1954), una de las hispanohablantes nativas más jóvenes de Filipinas. Cierto: en el español de Mara resuenan el acento y el léxico de México, incluso una cadencia al final de cada frase que debe mucho al tono propio de los chilangos. Este es el español de Filipinas.
Experta en antigüedades, Mara ha heredado el interés por la cultura de una de las sagas más importantes de Filipinas, ilustrados nacionalistas que, aun defendiendo a capa y espada la independencia del país, abogaron con el mismo tesón por el español como parte de la identidad del archipiélago. Incluso en los difíciles sesenta y setenta, años de furor indigenista por el tagalo.
"De niña, mi mamá y mi abuela usaban el español, pero lo llamaban bable y lo usaban como lengua privada para que el resto de las personas no las entendieran cuando ellas no querían", comenta entre carcajadas Mara. "Yo lo aprendí bien en la escuela y en el instituto, pero recuerdo que no me gustaba: era el idioma de la disciplina, de los viejos, te obligaban a aprenderlo todo de memoria y te penalizaban mucho por equivocarte. Luego, de mayor, descubrí que era un idioma genial; ese adjetivo es mi palabra favorita del español. Recuerdo llegar con orgullo a mi madre y decirle: '¡Ya hablo bable!'".
Durante la colonia, los gobernadores liberales prometían enseñar por doquier el español, de tan minoritario y selecto que era, para enfado de la sociedad frailona y cerrada que se oponía. Los independentistas más cultos defendieron la enseñanza del español, y las dos primeras constituciones y la primera letra del himno nacional del nuevo país se escribieron en castellano. Dominarlo era signo de distinción social en Filipinas, pero eso jugó en su contra. Se consideraba advenedizo a quien hacía por hablarlo sin tenerlo como lengua materna. "La gentuza no habla español", le espetó una vez un familiar a Ricky Avanceño (Manila, 1959), escritor y nieto del presidente Manuel Quezon, el padre de la república de Filipinas e hispanohablante. Tan imbuido estaba del idioma, que en sus mítines tenía que acudir a su mujer para que le apuntase la traducción al tagalo de palabras españolas.
En la calle se afeaba cualquier error, se acomplejaba a muchos que se afanaban en hablarlo. Carlos Madrid descubrió casualmente, tras un tiempo de tratarlo en inglés, que el cineasta filipino Eddie Romero, productor asociado de Apocalipse Now, se dirigía en español a su mujer, pero seguía sin querer usarlo fuera de ese entorno íntimo: "'No, lo hablo muy mal', me dijo. Casi todo el mundo en Filipinas se excusa de emplearlo diciendo que lo habla fatal", apunta el historiador.
Los profesores venidos de España reprimían a sus alumnos el seseo, rasgo propio de los hablantes locales, por considerarlo impropio. "Es que... ¡que nos obligaran a hablar con la zeta hacía el español más difícil, más artificial! ¡Teníamos que recitar con las zetas El último adiós, el gran poema de José Rizal!", se lamenta Ricky. El idioma cargó con el sambenito de aburrido y, con tacticismo, se lo tildó de desfasado frente al flamante inglés, la nueva lengua franca del país. A la extinción en los ochenta de los últimos diarios en español, para entonces unas hojas volantes editadas con más esfuerzo que calidad (si bien hasta la segunda guerra mundial habían sido los más leídos en Filipinas), se sumó más tarde la interrupción de las emisiones de TVE, que ya ha vuelto a emitir. La censuró el Gobierno filipino: "La quitaron y la volvieron a poner dos veces, hasta que a la tercera desapareció del todo. Ponían películas para mayores en horario infantil: lo que en España es para mayores de 13 aquí es para mayores de 17", describe divertido Ricky Avanceño. Sus familiares más jóvenes ya no hablan español. Dos de los hijos de Mara Pardo de Tavera, a instancias de su madre, sí están aprendiendo el idioma.
En la pequeña comunidad hispanohablante ("cada vez nos vemos menos", reconoce Mara) muchos hilos entretejen unas historias familiares con otras. Un retrato de su abuelo, el polímata Trinidad Pardo de Tavera, ilustra la portada de La oveja de Nathan, quizá la gran novela en español tras la independencia de Filipinas. Escrita por Antonio Abad (1894-1970) y publicada en los años veinte, cuenta como epopeya tres siglos de la historia del país. "Es nuestra Guerra y paz", defiende Georgina Padilla, hispanofilipina que ha sufragado de su bolsillo con una aportación del Cervantes su reedición. La nueva versión enfrenta, página a página, el texto en español con la traducción al inglés para que pueda ser leída por un público amplio. La novela forma parte de una rica producción literaria que el Instituto Cervantes está recuperando: ya son cuatro las obras rescatadas del olvido. Su responsable cultural en Manila, José María Fons, alerta: "Este es el único país donde se ha perdido el español, pero donde queda una literatura que ya casi nadie puede leer".
En los años veinte, mientras España disfruta del esplendor de la Edad de Plata, en Filipinas se produce una tragedia cultural: la de los autores que escriben su obra en una lengua que sus hijos no dominan o directamente desconocen. Valga como ejemplo el del hijo de Antonio Abad, Gémino, que heredó el oficio de su padre, pero lo ejerció en inglés. Para mitigar el daño, la familia de Georgina Padilla, los Zóbel, creó y mantuvo durante ochenta años un galardón que premiaba el español filipino o el apoyo a los vínculos culturales entre los países hispanohablantes. Su ceremonia de entrega anual reunía al todo Manila. Dejó de suscitar el interés de los diarios españoles, se lamenta Georgina, y su concesión se interrumpió en 2002.
Uno de los receptores del Zóbel, quizá el último escritor filipino en español, mantiene su producción a duras penas, autoeditándose. Hace unos meses ha publicado su última novela, Quis ut Deus, que recrea la figura del Quijote en Filipinas. El habla de Guillermo Gómez Rivera (Iloílo, 1936), un furibundo defensor de la vuelta del español en redes sociales, está nutrida de giros espontáneos y recuerdos candorosos de los estrenos de las películas filipinas que se rodaban, escena a escena, dos veces: una en español y otra en tagalo. "Aquí se estrenaban zarzuelas y llegaban las películas de Cifesa y, luego, las joyas de la edad de oro del cine mexicano. Después, ya todo fue en inglés".
Gómez Rivera, también profesor de español en bachillerato, sufrió la reconversión forzada cuando se suspendió la oficialidad. Visitó en Madrid, ese mismo año, a Dámaso Alonso, penúltimo director entonces de la Real Academia Española, quien le preguntó por el sentido de mantener una academia filipina del español en un país donde la inmensa mayoría de la población ya no lo hablaba. "Le respondí: 'Don Dámaso, el español vive en Filipinas, primeramente en esa minoría que todavía lo habla, pero también en las lenguas filipinas, en los 5.000 términos españoles del tagalo o del bisaya, o en el chabacano, con un 95 por ciento de palabras castellanas".
Una academia que agoniza
La Academia Filipina de la Lengua Española nació en 1924 y se ha mantenido hasta hoy, pero agoniza. Carece de una infraestructura y de un personal propios. Tiene por sede un cuarto cedido, casi siempre cerrado a cal y canto, que comparte con el casino anexo el aire decadente. A cuento de este reportaje, cinco de una treintena de académicos (intelectuales, traductores y profesores) han hecho por verse en torno a un chocolate con churros. "Hace más de un año que no nos reunimos", reconoce Benito Legarda, economista e historiador hispanohablante.
"Me marché durante la guerra mundial de Manila. Antes de irme, a los miembros del parlamento filipino se les llamaba diputados. Cuando volví, congressmen. Este era ya otro país", rememora Legarda, que apunta vagamente algún intento en aquella época de reivindicar el español, "pero, ay, no muy activo". Mantiene el contacto con el idioma gracias a su "adicción a Internet" y a la búsqueda de libros de segunda mano en español. Sentada a su lado, otra académica, Daisy López, representa otra generación, más joven, de hispanohablantes. No tuvieron el castellano como lengua materna, pero lo han estudiado y lo cuidan en extremo. Esta profesora en la Universidad de Filipinas escribe y publica poesía en español. Ni ella ni el resto de asistentes sabe cuándo tendrá lugar la próxima reunión de la academia, ignoran que haya actividad alguna programada a la vista, pero, ya que están, se retan a proponer las mejores palabras del castellano. Sobre una mesa oscura se esgrimen chapuza, tinglao, chirimoya y tiquismiquis, pero también salacot y pantalán, dos filipinismos, y un tercero, en duda: palangana.
El archipiélago no es ajeno al auge del español en todo el mundo. Un renacer del interés por el idioma, desprovisto de toda nostalgia, compensa en parte tanta pérdida. En la universidad están notando un número creciente, casi vertiginoso, de matrículas para las clases de español, que se atestan de estudiantes. "Hay mucha más demanda que oferta", arguye el profesor de la Universidad de Filipinas Erwin Luna Bautista. Ayuda que muchos alumnos sean en realidad "falsos principiantes": "Saben más español de lo que ellos pensaban, y eso los anima mucho". El Cervantes ha tramitado 6.000 matrículas en el último curso.
En cambio, se lamenta Benito Legarda, subsiste "un enorme desconocimiento en Filipinas sobre nuestro pasado". Más de 11 millones de documentos históricos guardados en el Archivo Nacional del país están escritos en español. "Aunque también en España hay una gran ignorancia por la historia de Filipinas, porque América roba toda la atención".
Un motivo de peso viene a sumarse al de quienes quieren aprender el idioma por vínculo histórico y cultural: el telefonista que habla español dobla o triplica su sueldo en los innumerables call centers que han escogido Filipinas por el dominio del inglés y que atienden, paradojas del destino, a la potencia que arrambló con el castellano, Estados Unidos. Los visados para los enfermeros filipinos en ese país exigen acreditar inglés y castellano. Las instituciones españolas han establecido contactos con el Gobierno para que el español sea lengua obligatoria para los diplomáticos filipinos y la inclusión del chabacano, que solo en la sureña ciudad de Zamboanga hablan 800.000 personas, como una de las doce lenguas nacionales de instrucción en primaria alienta nuevas esperanzas para el castellano.
¿Puede hacerse algo desde España y la América hispana por los hablantes del español más remoto? Daisy López, ante las risas complacientes del resto de académicos de la lengua, afirma rotunda: "Que nos despierten, que nos den un poco de caña, que nos den unos cachetes".
EL PLAZO DEL CONCURSO CERVANTES EN RAP SE AMPLÍA AL 1 DE JUNIO
El certamen en el que colabora EL PAÍS busca los mejores versos sobre la vida del autor de El Quijote. El ganador puede llevarse 2.000 euros
El concurso Cervantes en rap, que une música y la vida y obra del autor de Don Quijote, amplía el plazo de entrega de propuestas hasta el 1 de junio. El Festival de Almagro ha decidido utilizar el rap para homenajear al escritor español más ilustre en el cuarto centenario de su muerte, un concurso en el que colabora EL PAÍS. Para ello ha lanzado un certamen internacional, en España y México, en el que los participantes deberán enviar sus vídeos rapeando sobre la vida y obra del autor de Don Quijote. El ganador se llevará 2.000 euros, el segundo clasificado, 1.500 y el tercero, 1.000. (Para consultar el desarrollo del concurso en México, aquí).
Esta es la mecánica: De entre todos los vídeos recibidos se seleccionarán ocho en cada país. Estos participantes pasarán a sendas semifinales para realizar peleas de gallos (así se conocen a los combates entre raperos). De la semifinal española y la mexicana saldrán tres ganadores en cada país. Cada uno de estos seis ganadores ya se llevará el premio económico correspondiente a su puesto.
Pero no todo acaba aquí. Los tres ganadores de cada país se enfrentarán en otras dos batallas finales: una en España, en el festival de Almagro, y la otra en México, en el marco del Festival Internacional Cervantino. Los vencedores de cada una de estas dos batallas también recibirán un premio de 2.000 euros.
A partir de la finalización del plazo, un jurado formado por un rapero de reconocido prestigio, EL PAÍS, la SER y la Fundación seleccionarán libremente un máximo de siete aspirantes. Un octavo aspirante será elegido por el público que podrá votar en el canal de Youtube del Festival de Almagro según el número de “Me gusta” que haya logrado. Los vídeos se podrán ver también a través de la web de EL PAÍS. Las bases están disponibles también en la web del Festival de Almagro.
El concurso Cervantes en rap, que une música y la vida y obra del autor de Don Quijote, amplía el plazo de entrega de propuestas hasta el 1 de junio. El Festival de Almagro ha decidido utilizar el rap para homenajear al escritor español más ilustre en el cuarto centenario de su muerte, un concurso en el que colabora EL PAÍS. Para ello ha lanzado un certamen internacional, en España y México, en el que los participantes deberán enviar sus vídeos rapeando sobre la vida y obra del autor de Don Quijote. El ganador se llevará 2.000 euros, el segundo clasificado, 1.500 y el tercero, 1.000. (Para consultar el desarrollo del concurso en México, aquí).
Esta es la mecánica: De entre todos los vídeos recibidos se seleccionarán ocho en cada país. Estos participantes pasarán a sendas semifinales para realizar peleas de gallos (así se conocen a los combates entre raperos). De la semifinal española y la mexicana saldrán tres ganadores en cada país. Cada uno de estos seis ganadores ya se llevará el premio económico correspondiente a su puesto.
Pero no todo acaba aquí. Los tres ganadores de cada país se enfrentarán en otras dos batallas finales: una en España, en el festival de Almagro, y la otra en México, en el marco del Festival Internacional Cervantino. Los vencedores de cada una de estas dos batallas también recibirán un premio de 2.000 euros.
A partir de la finalización del plazo, un jurado formado por un rapero de reconocido prestigio, EL PAÍS, la SER y la Fundación seleccionarán libremente un máximo de siete aspirantes. Un octavo aspirante será elegido por el público que podrá votar en el canal de Youtube del Festival de Almagro según el número de “Me gusta” que haya logrado. Los vídeos se podrán ver también a través de la web de EL PAÍS. Las bases están disponibles también en la web del Festival de Almagro.
LA CÁMARA OSCURA - Rebeca R. Rodríguez
SINOPSIS
Jeriel es una muchacha especial, con habilidades poco comunes que despierta el interés de cualquier persona. Sin embargo, sus padres creen que ha sido poseída por un ente perturbador que amenaza con sus vidas. Debido a su fanatismo, los padres deciden ofrecer a su hija en sacrificio para liberar su alma. Esa noche, Jeriel lucha por su vida y consigue escapar. Sola, deshidratada y muerta de miedo, se adentra en la espesura de un bosque donde es rescatada por un hombre que cambiará su vida como jamás pensó que podría ocurrir. Pero Jeriel tiene un único deseo: venganza. Su afán por cumplirlo la llevará a vivir una experiencia para la que no está preparada.
La Cámara Oscura es la primera parte de una trilogía trepidante, en la que se mezclan el amor, conspiraciones, crímenes, situaciones sobrenaturales y el odio de la protagonista; con unos personajes estupendos que tendrán que enfrentarse día a día al poder creciente de Jeriel y a la tiranía de un General de Ejército.
Jeriel es una muchacha especial, con habilidades poco comunes que despierta el interés de cualquier persona. Sin embargo, sus padres creen que ha sido poseída por un ente perturbador que amenaza con sus vidas. Debido a su fanatismo, los padres deciden ofrecer a su hija en sacrificio para liberar su alma. Esa noche, Jeriel lucha por su vida y consigue escapar. Sola, deshidratada y muerta de miedo, se adentra en la espesura de un bosque donde es rescatada por un hombre que cambiará su vida como jamás pensó que podría ocurrir. Pero Jeriel tiene un único deseo: venganza. Su afán por cumplirlo la llevará a vivir una experiencia para la que no está preparada.
La Cámara Oscura es la primera parte de una trilogía trepidante, en la que se mezclan el amor, conspiraciones, crímenes, situaciones sobrenaturales y el odio de la protagonista; con unos personajes estupendos que tendrán que enfrentarse día a día al poder creciente de Jeriel y a la tiranía de un General de Ejército.
OPINIÓN
Este libro sinceramente me ha encantado,desde principio a fin.La forma en la que está escrita,la cercanía con la que la autora se expresa,la evolución y creación de los personajes es deliciosa y trasmiten un carisma que te pone los pelos de punta.
Este libro hay que disfrutarlo,por eso no me parece apropiado para leerlo en el instituto pues la mayoría lo leerían por leer,a desgana, y eso es lo último que se merece. Por otra parte lo recomiendo completamente a aquel que le guste leer,a aquel que se suele sentir identificado con los personajes,a aquel que esté empezando con las trilogías,en general,a aquel que desee vivir un libro.
Este libro me ha ayudado a cambiar mi forma de pensar respecto a muchas cosas. Es una de esas novelas de las que no puedes no puedes separarte ni para ir al baño. Te deleita con cosas que te esperas y cosas que no,en fin,da gusto leerlo.
Recomiendo (y obligo) leer esta novela si o sí.Lo mejor de todo es que es la primera novela de una trilogía (que pronto saldrá la segunda entrega) y es totalmente gratis en versión digital. Es muy economico y entretenido, en resumen ,bueno,bonito y barato. ¿A qué esperas?
Este libro sinceramente me ha encantado,desde principio a fin.La forma en la que está escrita,la cercanía con la que la autora se expresa,la evolución y creación de los personajes es deliciosa y trasmiten un carisma que te pone los pelos de punta.
Este libro hay que disfrutarlo,por eso no me parece apropiado para leerlo en el instituto pues la mayoría lo leerían por leer,a desgana, y eso es lo último que se merece. Por otra parte lo recomiendo completamente a aquel que le guste leer,a aquel que se suele sentir identificado con los personajes,a aquel que esté empezando con las trilogías,en general,a aquel que desee vivir un libro.
Este libro me ha ayudado a cambiar mi forma de pensar respecto a muchas cosas. Es una de esas novelas de las que no puedes no puedes separarte ni para ir al baño. Te deleita con cosas que te esperas y cosas que no,en fin,da gusto leerlo.
Recomiendo (y obligo) leer esta novela si o sí.Lo mejor de todo es que es la primera novela de una trilogía (que pronto saldrá la segunda entrega) y es totalmente gratis en versión digital. Es muy economico y entretenido, en resumen ,bueno,bonito y barato. ¿A qué esperas?
MÁS SOBRE LA AUTORA
Rebeca Rodríguez Rodríguez nació en Madrid en 1978. Comenzó su faceta de escritora a la temprana edad de nueve años, aunque no decidió dedicarse a ello profesionalmente hasta los veinticuatro. Esto la llevó a presentarse en diversos concursos de Relato Corto y Novela, algunos galardonados con premios literarios. También aparecieron sucesivas emisiones-lecturas en el programa literario 3denit, de la principal emisora balear Ib3Radio.
Estudió Dirección y Guión de Cine, su otra pasión, escribiendo, produciendo y dirigiendo dos cortometrajes: "16 de abril de 1917" y "Sábanas blancas".
También le gusta el dibujo y el diseño gráfico, reflejado en las portadas de sus novelas, relatos y cortometrajes. También ha realizado posters promocionales para proyectos ajenos.
En el año 2007 publicaron su relato corto "Sábanas blancas", en un recopilatorio de relatos que preparó el foro literario "Ábrete Libro".
En el 2010, el relato corto Después de clase formó parte de un libro solidario para las víctimas de Taití. El dinero que se reunió fue a una ONG. Actualmente, se puede adquirir en Bubok.es.
Entre sus obras más conocidas están:
-La Cámara Oscura. (I Parte de la trilogía El Sol Oscuro).
-Vivir en consecuencia.
-Sábanas blancas.
-Después de clase.
-16 de abril de 1917.
-Triada de huesos.
Actualmente, la autora está centrada en el proceso de corrección y maquetación de la segunda parte de la trilogía, cuyo título es el que da nombre a toda la trilogía: El Sol Oscuro; por ser el verdadero desencadenante de toda la historia del personaje principal . También está trabajando en la escritura de la tercera y última parte, la cual ya tiene título, pero de momento no desea desvelar.
Para ponerse en contacto con ella se puede enviar un email a rebeca.rodriguez.r@gmail. También utiliza la red social de Facebook.
Rebeca Rodríguez Rodríguez nació en Madrid en 1978. Comenzó su faceta de escritora a la temprana edad de nueve años, aunque no decidió dedicarse a ello profesionalmente hasta los veinticuatro. Esto la llevó a presentarse en diversos concursos de Relato Corto y Novela, algunos galardonados con premios literarios. También aparecieron sucesivas emisiones-lecturas en el programa literario 3denit, de la principal emisora balear Ib3Radio.
Estudió Dirección y Guión de Cine, su otra pasión, escribiendo, produciendo y dirigiendo dos cortometrajes: "16 de abril de 1917" y "Sábanas blancas".
También le gusta el dibujo y el diseño gráfico, reflejado en las portadas de sus novelas, relatos y cortometrajes. También ha realizado posters promocionales para proyectos ajenos.
En el año 2007 publicaron su relato corto "Sábanas blancas", en un recopilatorio de relatos que preparó el foro literario "Ábrete Libro".
En el 2010, el relato corto Después de clase formó parte de un libro solidario para las víctimas de Taití. El dinero que se reunió fue a una ONG. Actualmente, se puede adquirir en Bubok.es.
Entre sus obras más conocidas están:
-La Cámara Oscura. (I Parte de la trilogía El Sol Oscuro).
-Vivir en consecuencia.
-Sábanas blancas.
-Después de clase.
-16 de abril de 1917.
-Triada de huesos.
Actualmente, la autora está centrada en el proceso de corrección y maquetación de la segunda parte de la trilogía, cuyo título es el que da nombre a toda la trilogía: El Sol Oscuro; por ser el verdadero desencadenante de toda la historia del personaje principal . También está trabajando en la escritura de la tercera y última parte, la cual ya tiene título, pero de momento no desea desvelar.
Para ponerse en contacto con ella se puede enviar un email a rebeca.rodriguez.r@gmail. También utiliza la red social de Facebook.
EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS
“El Club de los poetas muertos”, es una durísima crítica a toda esa sociedad, representada tanto por padres y profesores que solamente quieren hijos y alumnos modelo, que sean callados, sumisos y perfectos, que lleguen a triunfar en sus estudios, y que consigan las más altas cotas, sin pararse a pensar, que como seres humanos que son: tiene derecho a pensar por ellos mismos, libres de escoger su camino, vivir su propia vida, y lo que a ellos les corresponde es darles la mejor enseñanza, los mejores consejos, estar a su lado y ayudarles en conseguir su destino.
Si imponemos normas y conductas, sin dar opción a que sean comprendidas y contestadas, si no se escucha, ni se quiere entender sus razones y compartirlas, perderemos totalmente su confianza, y de seguro pasaremos a ser sus enemigos.
Si imponemos normas y conductas, sin dar opción a que sean comprendidas y contestadas, si no se escucha, ni se quiere entender sus razones y compartirlas, perderemos totalmente su confianza, y de seguro pasaremos a ser sus enemigos.
GLORIA MUNDI
Fernando Morillo Grande (Azpeitia, Guipúzcoa, 3 de mayo de 1974) es escritor . Es especialmente conocido por sus obras de literatura infantil y juvenil. En 2003, obtuvo el Premio Euskadi de Literatura Infantil y Juvenil por la obra Izar Malkoak. En 2009 fue de nuevo finalista del Premio Euskadi por Leonardoren hegoak. La misma obra, en su versión en español y con el título de Las alas de Leonardo, fue finalista del Premio Hache 2012, de Cartagena. En 2011, el autor creó su propia editorial, Gaumin, con el fin de impulsar la literatura juvenil y de favorecer el acercamiento de los jóvenes lectores a las nuevas tecnologías.
Bueno,por donde empezar...El tema del libro me parece muy interesante pero el desarrollo y la ejecución...Se podría decir que hubo algún que otro problema.
Sin tener en cuenta que es una novela y por ende el protagonista tiene que hacer algo importante para darle virilla a esta,me parece extremadamente falso que un hombre cualquiera haya desvelado un secreto que las grandes mentes de nuestra historia hayan estado ocultando solo por el simple hecho de tener una novia con conocimiento sobre física,eso no me ha gustado mucho que digamos.
Otro fallo es el salto espacio-temporal que hace entre las dos historias que se van desarrollando poco a poco paralelamente para darle un final en el que todo concuerde, atando todos los cabos.En los vídeo juegos,películas... es algo que queda muy bien si se hace con un mínimo de cuidado.He visto cosas así en los libros y la verdad es que es bastante difícil.Por desgracia,en mi opinión,en este libro no está bien hecho.
Le doy un 3 sobre cinco al igual que lo hice en kindle,porque aparte de ser excesivamente caro para lo que ofrece, no encontré versión física.Lo recomiendo pero no a todo el mundo puesto que no me parece mucha cosa.
Alejandro Pérez 3.B
Sin tener en cuenta que es una novela y por ende el protagonista tiene que hacer algo importante para darle virilla a esta,me parece extremadamente falso que un hombre cualquiera haya desvelado un secreto que las grandes mentes de nuestra historia hayan estado ocultando solo por el simple hecho de tener una novia con conocimiento sobre física,eso no me ha gustado mucho que digamos.
Otro fallo es el salto espacio-temporal que hace entre las dos historias que se van desarrollando poco a poco paralelamente para darle un final en el que todo concuerde, atando todos los cabos.En los vídeo juegos,películas... es algo que queda muy bien si se hace con un mínimo de cuidado.He visto cosas así en los libros y la verdad es que es bastante difícil.Por desgracia,en mi opinión,en este libro no está bien hecho.
Le doy un 3 sobre cinco al igual que lo hice en kindle,porque aparte de ser excesivamente caro para lo que ofrece, no encontré versión física.Lo recomiendo pero no a todo el mundo puesto que no me parece mucha cosa.
Alejandro Pérez 3.B
NO ES MEJOR PROFE EL QUE MÁS SUSPENDE
LOS DOCENTES TIENEN QUE ABANDERAR LA TRANSFORMACIÓN DE LA UNIVERSIDAD, DONDE EL ALUMNO DEBE ADQUIRIR PROTAGONISMO Y DECIDIR SOBRE EL MÉTODO, LA EVALUACIÓN Y LOS RESULTADOS
Existe una norma invisible que dice que el mejor profesor es el que más suspende. Y nada más lejos de la realidad. ¿Podríamos imaginar que el mejor médico fuese el que más pacientes llevase a la tumba? Es una reflexión de la profesora de la Universidad Complutense María Acaso, que define al buen maestro como aquel intelectual que es capaz de transformar la Universidad a través de la creación de conocimiento crítico. Sin embargo, lo que se ve actualmente en la Academia, se queja, “no es a intelectuales. Porque no se investiga más que para conseguir ascensos”. En opinión de la también coordinadora de la Escuela de Educación Disruptiva de Telefónica, este problema se corregiría impidiendo que los profesores trabajen en la misma Facultad en la que han cursado su doctorado, eligiendo a los docentes realmente por su currículo y evaluando su labor. Es decir, rompiendo la endogamia de la Universidad.
“El problema de la educación española no ha sido de presupuesto, sino de gestión”, sostiene José Antonio Marina, catedrático de Filosofía, autor del Libro Blanco de la profesión docente, quien cree que tenemos un sistema mediocre y estancado y donde la mayor parte de las reformas educativas acometidas han fracasado, entre otras cosas debido a la resistencia interna a los cambios. “Mientras no se convenza al sistema de que hay que cambiarlo porque tenemos una escuela mediocre y porque el ritmo de aprendizaje se debe acompasar con el ritmo de cambio de la sociedad…, no se dará esa transformación. Debemos convencer a los profesores de que hay que hacerla y de que se puede”, afirmaba Marina en una jornada sobre políticas educativas organizada por la Fundación Ciudadanía y Valores.
“Nuestro modelo está centrado en la reproducción del conocimiento. En el profesor. Y el conocimiento no está solo en el profesor. Habría que ir a una escuela desarrolladora del talento, en la que el protagonismo lo tenga el alumno”, sostiene Javier Tourón, vicerrector de Innovación de la Universidad Internacional de La Rioja. Tourón se lamenta de la inutilidad del currículo cerrado y cree que “hay que dejar que la gente haga lo que quiera”.
Precisamente esa es la principal consigna de los docentes que están intentando llevar la transformación a sus aulas. Que están innovando en sus clases. Y hay que tener en cuenta que el impacto de un profesor sobre sus alumnos es nada menos que de 53 puntos sobre 100, según un estudio de McKinsey. “Innovar es incentivar la participación del estudiante, desarrollar el trabajo colaborativo, que es el que están pidiendo las empresas, la corresponsabilidad”, explica María Acaso. “También es cambiar el sistema de evaluación, los espacios del aula para hacerlos menos individualistas y los contenidos para trabajar en una comunidad de aprendizaje en vez de que el profesor sea el único poseedor del conocimiento”, continúa Acaso. Y, por supuesto, hace falta conocer al alumno. Unas aulas de 30 estudiantes, como las suyas, facilitan el diálogo.
Aunque el Espacio Europeo de Educación Superior ha provocado cambios en la docencia, indica Jesús Manso, profesor de Políticas Educativas de la Universidad Autónoma de Madrid, aún queda mucho por hacer para que la Universidad se desprenda de la pedagogía tradicional. “El enfoque por competencias profesionales que ha traído Europa no se puede abordar con las metodologías tradicionales”, opina, “sino introduciendo métodos como el role-playing [simulación de una situación real] y otros sistemas de aprendizaje activo mediante los cuales los alumnos son dueños de su propio proceso educativo”. La clave es tener en cuenta los intereses de los estudiantes, dice Manso, pese a que sean un número más elevado del que debería para mejorar su aprendizaje. Su número idóneo, 35. El real, 70.
Junto a la participación como ingrediente básico para la innovación en las aulas, hay otra palabra mágica que acompaña siempre a un buen docente, según todos los expertos consultados: profesionalidad. Más allá de la vocación que Carmen Pellicer, directora de la Fundación Trilema, considera fundamental. Y esta profesionalidad se consigue mediante el aprendizaje constante del profesor y a través de la evaluación de su desempeño. Pellicer cree que para cambiar la situación actual se deben localizar las buenas prácticas de la universidad para extrapolarlas al resto de los centros, trabajar por proyectos para que el alumno se sienta implicado con ellos y vea la eficacia de su trabajo, y evaluar la consecución de resultados de los docentes.
Así se refleja en el documental Profes, impulsado por la Fundación Trilema para demostrar que otra educación es posible gracias a profesores innovadores y comprometidos que logran implicar a los alumnos. Tanto como para que quieran ir a clase en sus días libres. “Generar un aprendizaje conjunto es otra de las claves de la innovación docente”, dice Manso.
“La educación transforma la inteligencia en talento. Y en la Universidad no se habla de talento. Está más preocupada por él la empresa que la Universidad, porque aprender más rápido que sus competidores es lo único que le garantiza la viabilidad. Estamos en la sociedad del aprendizaje, por eso tenemos que introducir en el currículo educativo las habilidades del siglo XXI, las habilidades no cognitivas”, opina José Antonio Marina.
“El problema de la educación española no ha sido de presupuesto, sino de gestión”, sostiene José Antonio Marina, catedrático de Filosofía, autor del Libro Blanco de la profesión docente, quien cree que tenemos un sistema mediocre y estancado y donde la mayor parte de las reformas educativas acometidas han fracasado, entre otras cosas debido a la resistencia interna a los cambios. “Mientras no se convenza al sistema de que hay que cambiarlo porque tenemos una escuela mediocre y porque el ritmo de aprendizaje se debe acompasar con el ritmo de cambio de la sociedad…, no se dará esa transformación. Debemos convencer a los profesores de que hay que hacerla y de que se puede”, afirmaba Marina en una jornada sobre políticas educativas organizada por la Fundación Ciudadanía y Valores.
“Nuestro modelo está centrado en la reproducción del conocimiento. En el profesor. Y el conocimiento no está solo en el profesor. Habría que ir a una escuela desarrolladora del talento, en la que el protagonismo lo tenga el alumno”, sostiene Javier Tourón, vicerrector de Innovación de la Universidad Internacional de La Rioja. Tourón se lamenta de la inutilidad del currículo cerrado y cree que “hay que dejar que la gente haga lo que quiera”.
Precisamente esa es la principal consigna de los docentes que están intentando llevar la transformación a sus aulas. Que están innovando en sus clases. Y hay que tener en cuenta que el impacto de un profesor sobre sus alumnos es nada menos que de 53 puntos sobre 100, según un estudio de McKinsey. “Innovar es incentivar la participación del estudiante, desarrollar el trabajo colaborativo, que es el que están pidiendo las empresas, la corresponsabilidad”, explica María Acaso. “También es cambiar el sistema de evaluación, los espacios del aula para hacerlos menos individualistas y los contenidos para trabajar en una comunidad de aprendizaje en vez de que el profesor sea el único poseedor del conocimiento”, continúa Acaso. Y, por supuesto, hace falta conocer al alumno. Unas aulas de 30 estudiantes, como las suyas, facilitan el diálogo.
Aunque el Espacio Europeo de Educación Superior ha provocado cambios en la docencia, indica Jesús Manso, profesor de Políticas Educativas de la Universidad Autónoma de Madrid, aún queda mucho por hacer para que la Universidad se desprenda de la pedagogía tradicional. “El enfoque por competencias profesionales que ha traído Europa no se puede abordar con las metodologías tradicionales”, opina, “sino introduciendo métodos como el role-playing [simulación de una situación real] y otros sistemas de aprendizaje activo mediante los cuales los alumnos son dueños de su propio proceso educativo”. La clave es tener en cuenta los intereses de los estudiantes, dice Manso, pese a que sean un número más elevado del que debería para mejorar su aprendizaje. Su número idóneo, 35. El real, 70.
Junto a la participación como ingrediente básico para la innovación en las aulas, hay otra palabra mágica que acompaña siempre a un buen docente, según todos los expertos consultados: profesionalidad. Más allá de la vocación que Carmen Pellicer, directora de la Fundación Trilema, considera fundamental. Y esta profesionalidad se consigue mediante el aprendizaje constante del profesor y a través de la evaluación de su desempeño. Pellicer cree que para cambiar la situación actual se deben localizar las buenas prácticas de la universidad para extrapolarlas al resto de los centros, trabajar por proyectos para que el alumno se sienta implicado con ellos y vea la eficacia de su trabajo, y evaluar la consecución de resultados de los docentes.
Así se refleja en el documental Profes, impulsado por la Fundación Trilema para demostrar que otra educación es posible gracias a profesores innovadores y comprometidos que logran implicar a los alumnos. Tanto como para que quieran ir a clase en sus días libres. “Generar un aprendizaje conjunto es otra de las claves de la innovación docente”, dice Manso.
“La educación transforma la inteligencia en talento. Y en la Universidad no se habla de talento. Está más preocupada por él la empresa que la Universidad, porque aprender más rápido que sus competidores es lo único que le garantiza la viabilidad. Estamos en la sociedad del aprendizaje, por eso tenemos que introducir en el currículo educativo las habilidades del siglo XXI, las habilidades no cognitivas”, opina José Antonio Marina.
Los alumnos vascos probarán los empleos antes de elegir carrera para evitar el 17% de abandono universitario
«Los alumnos tienen idealizadas las profesiones» y eligen carrera, en muchos casos, «sin tener ningún contacto previo con la realidad laboral con la que se van a enfrentar». La reflexión es de la consejera de Educación del Gobierno Vasco, Cristina Uriarte, que dio a conocer la semana pasada un proyecto -ya en marcha en Euskadi- por el que los estudiantes de cuarto curso de Secundaria y primero de Bachillerato pasarán por empresas y centros de trabajo, como hospitales o juzgados, relacionados con los estudios que desean realizar y acompañados por profesionales en activo a los que verán desarrollar sus funciones.
Este programa de acercamiento del alumnado al mundo laboral, que desarrollará la Fundación Novia Salcedo, persigue que los escolares vivan de cerca la profesión que quieren ejercer antes de tomar una decisión tan importante como es la de elegir una carrera; pero también intenta reducir el número de jóvenes que deja los estudios. En el curso 2014-15 la tasa de abandono en primer curso de la Universidad en Euskadi fue del 17% y el porcentaje de los que cambiaron de grado rozó el 10%. En el caso de la Formación Profesional, el 14% de los alumnos dejó el ciclo en el que se había matriculado.
El plan, denominado 'De acompañamiento a profesionales en activo', consiste en que todos aquellos escolares que lo deseen, siempre previa autorización de los padres, puedan solicitar la visita a un centro de trabajo relacionado con la carrera o ciclo de FP elegido para desarrollar su futura vida laboral. Una vez aprobada la petición, el estudiante pasará una jornada completa acompañado por un trabajador de la empresa que le mostrará «en qué consiste su actividad laboral, qué capacidades exige su labor y cómo se desarrolla su día a día, entre otras cosas», detalló ayer Uriarte.
La consejera precisó que la iniciativa no pretende tanto asesorar a los alumnos en la elección de su profesión como «mostrarles qué es lo que se van a encontrar en el aspecto laboral cuando se incorporen a las empresas del sector profesional elegido». Lo que quiere Educación, en concreto, es que si un joven decide estudiar Medicina, por ejemplo, pase por un hospital y entre en contacto con la labor que se hace allí; o si quiere ser abogado, acuda a un juzgado o un bufete, y «comprueben que muchos trabajos no son como imaginan», comentaron fuentes del Departamento.
Medio millar de voluntarios
La directora de la Fundación Novia Salcedo, Begoña Etxebarria, explicó que la iniciativa ya ha echado a andar con 338 alumnos de seis centros educativos del País Vasco. Hasta ahora, 138 estudiantes han visitado alguna empresa o centro de trabajo de la comunidad. Los más solicitados por ahora son los relacionados con las profesiones de la salud (medicina, enfermería, etc...), la educación, pedagogía, psicología, ingenierías, comunicación y derecho.
La previsión de Educación es que durante este curso mil estudiantes de 25 colegios de toda Euskadi, tanto públicos como concertados, tomen parte en el proyecto. Para 2020 el Gobierno vasco quiere que todos los adolescentes de estos dos cursos de Secundaria y Bachiller puedan beneficiarse de la experiencia. En este año académico 2015-2016, están matriculados en cuarto de la ESO un total de 17.730 alumnos, mientras que en primero de Bachillerato, cursan estudios otros 14.422 jóvenes. Para atender la demanda de este colectivo se necesitará la colaboración de numerosas empresas y organismos.
Actualmente participan voluntariamente con la iniciativa 444 profesionales que se encargan de acompañar y mostrar la realidad laboral a los chavales. La Fundación Novia Salcedo se ha marcado como objetivo conseguir a 800 empleados de diferentes empresas dispuestos a enseñar su trabajo.
«La inclusión laboral de nuestros jóvenes es un reto en el que debe implicarse toda la sociedad», destacó su directora durante la presentación de la iniciativa. Esta experiencia se realiza ya con éxito en otros países europeos como Gran Bretaña, Suiza o Noruega.
PACIFIC RIM
Pacific Rim es una película de ciencia ficcion de Guillermo Del Toro con ayuda de Warner Bros Company y Legendary.Esta película me gustó mucho cuando la vi por primera vez y la recomiendo mucho.La película trata sobre aliens,robots,apocalipsis,amor....En resumen,esta película es perfecta para jovenes de entre 14 y 20 años.Es indispensable verla.
estrella y planetas literarios
Ayer se anunció que la estrella μ Arae, a unos 50 años-luz de distancia, tiene desde ahora otro nombre en los libros de astronomía: Cervantes. Una iniciativa del Planetario de Pamplona y la Sociedad Española de Astronomíaque ha conseguido, con más de 38.500 votos, llevar el nombre del escritor al espacio exterior.
España competía por esa estrella con otros países (Italia, Portugal, Colombia y Japón) en una competición organizada por la Unión Astronómica Internacional. Y se alzó con la victoria con el 69% de los votos. Justo a tiempo para el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, que se celebra en 2016.
El astro cervantinoCervantes, también denominada HD 160691, es una estrella bastante parecida a nuestro sol. Un poco más grande, casi el doble de luminosa y bastante más vieja (unos 6.340 millones de años).
Posición de Cervantes (μ Arae) en la constelación Ara, justo debajo de Escorpio.Lo más interesante es que cuenta con cuatro planetas, descubiertos a principios de este siglo. Tres gigantes gaseosos como Jupiter (Quijote, Sancho y Rocinante) y un volcánico y rocoso planeta llamado Dulcinea. Nombres que se consiguieron gracias a una campaña emprendida por el Planetario de Pamplona, con el apoyo de la Sociedad Española de Astronomía y el Instituto Cervantes. Las votaciones empezaron en agosto, aunque la campaña llevaba un par de meses más calentando motores en las redes sociales. Como en su página de Facebook, que cuenta con 1.700 seguidores.
Pero el proceso había empezado un año antes, en julio de 2014, cuando se tomó la determinación de poner nombre a los exoplanetas descubiertos en los últimos años. Comenzó así un proceso de selección y propuestas que llevó a que Cervantes y sus personajes se convirtiesen en parte de la competición. Es la primera vez que se lleva a cabo algo así, aprovechando que todavía no hay un sistema "cerrado" para poner nombre a los exoplanetas.
España competía por esa estrella con otros países (Italia, Portugal, Colombia y Japón) en una competición organizada por la Unión Astronómica Internacional. Y se alzó con la victoria con el 69% de los votos. Justo a tiempo para el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, que se celebra en 2016.
El astro cervantinoCervantes, también denominada HD 160691, es una estrella bastante parecida a nuestro sol. Un poco más grande, casi el doble de luminosa y bastante más vieja (unos 6.340 millones de años).
Posición de Cervantes (μ Arae) en la constelación Ara, justo debajo de Escorpio.Lo más interesante es que cuenta con cuatro planetas, descubiertos a principios de este siglo. Tres gigantes gaseosos como Jupiter (Quijote, Sancho y Rocinante) y un volcánico y rocoso planeta llamado Dulcinea. Nombres que se consiguieron gracias a una campaña emprendida por el Planetario de Pamplona, con el apoyo de la Sociedad Española de Astronomía y el Instituto Cervantes. Las votaciones empezaron en agosto, aunque la campaña llevaba un par de meses más calentando motores en las redes sociales. Como en su página de Facebook, que cuenta con 1.700 seguidores.
Pero el proceso había empezado un año antes, en julio de 2014, cuando se tomó la determinación de poner nombre a los exoplanetas descubiertos en los últimos años. Comenzó así un proceso de selección y propuestas que llevó a que Cervantes y sus personajes se convirtiesen en parte de la competición. Es la primera vez que se lleva a cabo algo así, aprovechando que todavía no hay un sistema "cerrado" para poner nombre a los exoplanetas.
el primer caballero
A mi personalmente la película me ha parecido entretenida,una pelÍcula para ver cuando no tienes nada que hacer y eres dueño del sofá.Con esto no quiero decir que me parezca una película buena,todo lo contrario,las batallas dejaban mucho que desear y no tenían mucho de realista.
Lo de reflejar como vivían en la Edad Media no me parece algo con lo que se pueda elogiar esta película pues existen muchas más que de verdad te enseñan como era la vida en aquel mucho mejor,y de forma más amena.
Aún así es entretenida devido a las relaciones de amor de los protagonistas.No recomiendo esta película pero si me la encuentro un día en la tele tampoco la voy a quitar.Hubiese sido mejor si pudiesemos verla en dos o tres clases la proxima vez y no en cinco-seis porque al final no te acuerdas de lo que ha pasado.
Alejandro Pérez 3.B
Lo de reflejar como vivían en la Edad Media no me parece algo con lo que se pueda elogiar esta película pues existen muchas más que de verdad te enseñan como era la vida en aquel mucho mejor,y de forma más amena.
Aún así es entretenida devido a las relaciones de amor de los protagonistas.No recomiendo esta película pero si me la encuentro un día en la tele tampoco la voy a quitar.Hubiese sido mejor si pudiesemos verla en dos o tres clases la proxima vez y no en cinco-seis porque al final no te acuerdas de lo que ha pasado.
Alejandro Pérez 3.B
LA TUMBA DE AURORA K.
La verdad es que este libro no es de los que yo suelo leer.Me hubiese gustado que en toda la historia que gira sobre la guerra hubieran metido más crueldad y aún más profundidad y pensamientos macabros en los personajes ya que la guerra tiene muchos factores y la tenacidad de los participantes en ella es uno de ellos.
No me ha convencido mucho eso de que el padre de Anna hubiese conseguido atrapar al criminal de guerra más buscado y que el FBI u otras agencias no,me parece muy surrealista.
Por otra parte el entusiasmo y el saber dejar a sus amigos y familia atrás para descubrir quién es su abuela biológica de Anna me ha motivado a seguir leyendo,porque,una vez atrapado a Kiril,cualquier cosa era posible en el libro y eso me ha proporcionado mucha intriga.
El romance infiltrado entre Anna y Danylo me agrada mucho ya que,no todos los amores tienen que ser entre la típica pareja de adolescentes.Eso refleja que los que viven afectados por un lado u otro por la guerra también pueden llevar una vida interesante y plena en emociones.
No recomiendo el libro para gente con gustos parecidos a los mios pero en general me parece que es apto para personas de nuestra edad porque cuenta,en parte,lo que sucede a nuestro alrededor.
Alejandro Pérez 3-B
No me ha convencido mucho eso de que el padre de Anna hubiese conseguido atrapar al criminal de guerra más buscado y que el FBI u otras agencias no,me parece muy surrealista.
Por otra parte el entusiasmo y el saber dejar a sus amigos y familia atrás para descubrir quién es su abuela biológica de Anna me ha motivado a seguir leyendo,porque,una vez atrapado a Kiril,cualquier cosa era posible en el libro y eso me ha proporcionado mucha intriga.
El romance infiltrado entre Anna y Danylo me agrada mucho ya que,no todos los amores tienen que ser entre la típica pareja de adolescentes.Eso refleja que los que viven afectados por un lado u otro por la guerra también pueden llevar una vida interesante y plena en emociones.
No recomiendo el libro para gente con gustos parecidos a los mios pero en general me parece que es apto para personas de nuestra edad porque cuenta,en parte,lo que sucede a nuestro alrededor.
Alejandro Pérez 3-B
VIDEO SELECCIÓN LITERATURA DE LA EDAD MEDIA
KINGDOM OF HEAVEN
Kingdom of Heaven es una película épica escrita por William Monahan y dirigida por Ridley Scott, que fue estrenada el 6 de mayo de 2005, sobre las Cruzadas en el siglo XII, específicamente en el llamado Sitio de Jerusalén de 1187.
Fecha de estreno: 6 de mayo de 2005 (España)
Director: Ridley Scott
Duración: 3h 14m
Música compuesta por: Harry Gregson-Williams
Guión: William Monahan
Argumento
1184, en una pequeña villa en Francia, un herrero llamado Balián (Orlando Bloom) que no puede olvidar los recuerdos de su esposa, quien recientemente se había suicidado a consecuencia de la muerte de su hijo. Un grupo de Cruzados llega a la villa y Balián conoce a su verdadero padre, el Barón Godofredo de Ibelín (Liam Neeson), que ha venido deJerusalén con el fin de reconocerlo y nombrarle sucesor.
Balián rehúsa ir con su padre, prefiriendo continuar la tranquila vida que llevaba hasta ese momento. Luego descubre que el cuerpo de su esposa fue decapitado antes de ser enterrado (una práctica común para quienes se suicidaban) y que el sacerdote del pueblo está usando una cruz tomada del cuerpo de su esposa. Enfurecido, Balian asesina al sacerdote y decide seguir a su recién conocido padre en su regreso a Jerusalén, con la esperanza de conseguir la redención y el perdón para él y para su esposa en Tierra Santa.
Tras distintos acontecimientos, Balián termina descubriendo la corrupción de la clase eclesiástica y la amenaza que se cierne sobre el Reino de Jerusalén por el ejército musulmán, al mando de Salah al-Din, y con esto se enfrentan a una guerra para conseguir el poder de Jerusalén.
Balián es derrotado, deja Jerusalén y vuelve a su pueblo en Francia.
Fecha de estreno: 6 de mayo de 2005 (España)
Director: Ridley Scott
Duración: 3h 14m
Música compuesta por: Harry Gregson-Williams
Guión: William Monahan
Argumento
1184, en una pequeña villa en Francia, un herrero llamado Balián (Orlando Bloom) que no puede olvidar los recuerdos de su esposa, quien recientemente se había suicidado a consecuencia de la muerte de su hijo. Un grupo de Cruzados llega a la villa y Balián conoce a su verdadero padre, el Barón Godofredo de Ibelín (Liam Neeson), que ha venido deJerusalén con el fin de reconocerlo y nombrarle sucesor.
Balián rehúsa ir con su padre, prefiriendo continuar la tranquila vida que llevaba hasta ese momento. Luego descubre que el cuerpo de su esposa fue decapitado antes de ser enterrado (una práctica común para quienes se suicidaban) y que el sacerdote del pueblo está usando una cruz tomada del cuerpo de su esposa. Enfurecido, Balian asesina al sacerdote y decide seguir a su recién conocido padre en su regreso a Jerusalén, con la esperanza de conseguir la redención y el perdón para él y para su esposa en Tierra Santa.
Tras distintos acontecimientos, Balián termina descubriendo la corrupción de la clase eclesiástica y la amenaza que se cierne sobre el Reino de Jerusalén por el ejército musulmán, al mando de Salah al-Din, y con esto se enfrentan a una guerra para conseguir el poder de Jerusalén.
Balián es derrotado, deja Jerusalén y vuelve a su pueblo en Francia.
VIDEO CON MÚSICA EN CASTELLANO Y LETRA ESCRITA
iiioooooo, iiiieeeeee...
Tumba...
Sonó la campana y el fin de semana se deja ver,
–sha la la la la–
Vestido de traje, lujuria salvaje bajo mi piel.
Si Dios puso la manzana fue para morder,
Ay Dioooos, pequemo' abrazaito' hasta el amanecer.
Llego la fiesta, pa' tu boquita,
Toda la noche, todito el día.
Vamo' a bañarnos en la orillita,
Que la marea esta
picaita' ita, ita,–
Una mordidita,
una mordidita,
Una mordidita,
de tu boquita.
Una mordidita,
una mordidita,
Una mordidita,
de tu boquita.
Tus labios, mis dientes,
Bocado crujiente, rico pastel
–sha la la la la–
Fuego en tus pupilas,
Tu cuerpo destila tequila y miel.
Si Dios puso la manzana fue para morder,
Ay Dioooos, pequemo' abrazaito' hasta el amanecer.
Llego la fiesta, pa' tu boquita,
Toda la noche, todito el día.
Vamo' a bañarnos en la orillita,
Que la marea esta
picaita' ita, ita,–
Una mordidita,
una mordidita,
una mordidita,
de tu boquita.
Una mordidita,
una mordidita,
una mordidita,
de tu boquita.
[Yotuel]
Quiero pensar, que no eres real
me pareces natural, letal
así te pones a bailar, no te pongas freno
cuando te pones a sudar
Estamos a lo slow, para sentir tu show
diseñada desde niña para llamar la atención
te mantienes en tensión, sin bajar la presión
y si va y no tiene cura, le aplico respiración
Déjame morderte,
Estoy vampiro bien demente,
Déjame morderte,
En lo oscuro y sin la gente
Déjame morderte,
Bien despacito y bruscamente
Déjame morderte,
Amarradito bien demente
Llego la fiesta, pa' tu boquita,
Toda la noche, todito el día.
Vamo' a bañarnos en la orillita,
Que la marea esta
picaita' ita, ita,–
Una mordidita,
una mordidita,
Una mordidita,
de tu boquita.
Una mordidita,
una mordidita,
una mordidita...
–ta' picaita ita, ita,–
–Ta' picaita ita, ita,–
Llego la fiesta, pa' tu boquita,
Toda la noche, todito el día.
Vamo' a bañarnos en la orillita,
Que la marea esta
picaita' ita, ita,–
Tumba...
Sonó la campana y el fin de semana se deja ver,
–sha la la la la–
Vestido de traje, lujuria salvaje bajo mi piel.
Si Dios puso la manzana fue para morder,
Ay Dioooos, pequemo' abrazaito' hasta el amanecer.
Llego la fiesta, pa' tu boquita,
Toda la noche, todito el día.
Vamo' a bañarnos en la orillita,
Que la marea esta
picaita' ita, ita,–
Una mordidita,
una mordidita,
Una mordidita,
de tu boquita.
Una mordidita,
una mordidita,
Una mordidita,
de tu boquita.
Tus labios, mis dientes,
Bocado crujiente, rico pastel
–sha la la la la–
Fuego en tus pupilas,
Tu cuerpo destila tequila y miel.
Si Dios puso la manzana fue para morder,
Ay Dioooos, pequemo' abrazaito' hasta el amanecer.
Llego la fiesta, pa' tu boquita,
Toda la noche, todito el día.
Vamo' a bañarnos en la orillita,
Que la marea esta
picaita' ita, ita,–
Una mordidita,
una mordidita,
una mordidita,
de tu boquita.
Una mordidita,
una mordidita,
una mordidita,
de tu boquita.
[Yotuel]
Quiero pensar, que no eres real
me pareces natural, letal
así te pones a bailar, no te pongas freno
cuando te pones a sudar
Estamos a lo slow, para sentir tu show
diseñada desde niña para llamar la atención
te mantienes en tensión, sin bajar la presión
y si va y no tiene cura, le aplico respiración
Déjame morderte,
Estoy vampiro bien demente,
Déjame morderte,
En lo oscuro y sin la gente
Déjame morderte,
Bien despacito y bruscamente
Déjame morderte,
Amarradito bien demente
Llego la fiesta, pa' tu boquita,
Toda la noche, todito el día.
Vamo' a bañarnos en la orillita,
Que la marea esta
picaita' ita, ita,–
Una mordidita,
una mordidita,
Una mordidita,
de tu boquita.
Una mordidita,
una mordidita,
una mordidita...
–ta' picaita ita, ita,–
–Ta' picaita ita, ita,–
Llego la fiesta, pa' tu boquita,
Toda la noche, todito el día.
Vamo' a bañarnos en la orillita,
Que la marea esta
picaita' ita, ita,–
TIKI-TOKI BIOGRAFÍA
DOLORES
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